Las intolerancias alimentarias son realidades de muchos niños a día de hoy

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Cuando uno es niño, es especialmente vulnerable a determinadas cosas especialmente ligadas a la salud. Es algo que tiene sus dosis de lógica porque el cuerpo del ser humano no está desarrollado y todavía tiene un margen de crecimiento considerable. Por tanto, hablamos de una de las situaciones de la vida en las que más ayuda necesitamos y no cabe la menor duda de que hay que hacer todo cuanto esté en nuestra mano para intentar que los pequeños de la casa se puedan desarrollar de la mejor forma posible, sin que haya nada que nos pueda generar problemas.

En los párrafos que siguen, vamos a hablar de uno de los problemas que más habituales se están convirtiendo en la realidad que nos rodea a día de hoy: las intolerancias alimentarias. Este tema cada vez dispone de mayor popularidad a día de hoy. Los medios de comunicación se hacen más eco de este tema que nunca, hay más productos que nos puedan ayudar a combatirlos y, como no podía ser de otra manera, los médicos también han puesto el foco en proporcionar ayuda para las personas que se encuentren afectadas a este respecto, especialmente si son de corta edad.

¿Cómo saber si tenemos alguien en nuestra familia, especialmente de corta edad, que sufra alguna intolerancia alimentaria? Una noticia que hemos consultado en relación a este asunto en la página web de Atresmedia menciona ocho síntomas, que son los siguientes: la aparición de dolores abdominales de tipo cólico, distensiones abdominales, flatulencias, pérdida de peso o ganancia ponderal muy escasa, desnutrición, diarrea, heces ácidas o vómitos. Como podéis deducir, son bastantes y cuando uno de ellos aparece, hay que ponerse en guardia. Si son varios, las sospechas deben aumentar y tenemos que intervenir a la máxima brevedad posible.

Ya hemos dicho que en los niños suele ser más habitual que nunca encontrar niños con problemas relacionados con intolerancias alimentarias. Una información publicada en el diario ABC desvelaba cuáles eran las más habituales, entre las cuales figuran la intolerancia a la lactosa, la intolerancia al gluten, a los huevos, pescado, marisco, cacahuete y alguna fruta. Cada vez se amplía más la cantidad de productos que disponen de alguna intolerancia entre determinadas personas y tenemos la sensación de que va a seguir creciendo de cara a los próximos años.

Habría que ver por qué este aumento se está generalizando en los últimos tiempos. Creemos que esto tiene que ver con los procesos de producción industrial que se llevan a cabo a día de hoy. Tened en cuenta que estamos en una sociedad en la que las empresas necesitan producir sus bienes o servicios de una manera rápida y eficaz. Esto hace que en los determinados procesos las cosas se hagan más rápido que de costumbre y se produzcan errores o deficiencias en términos de salubridad en este tipo de productos. Por tanto, también debemos tener en consideración qué tipo de productos son los que nos causan más daño a fin de que no nos tengamos que ver abocados a sufrir dolores tan agudos como los que puede provocar una intolerancia alimentaria.

¿Cómo se puede controlar todo lo que tenga que ver con una intolerancia alimentaria en un niño? Nosotros tenemos claro que, como en muchos otros procesos que forman parte de la vida, la fase que está asociada a detectar el problema es fundamental. Por tanto, creemos que lo más importante es que hagamos un test de intolerancia alimentaria. Es increíble lo que vamos a decir, pero estos tests no los podemos conseguir en todos los sitios. En el extremo contrario nos encontramos la farmacia Ramón Ventura, donde sí se venden estos tests y donde el personal se encuentra especializado, entre otras cosas, en un asunto como este.

Hay entre un 30% y un 40% de personas que sufre intolerancia alimentaria en un país como el nuestro y resulta sorprendente saber que no todas lo saben. De hecho, nos extrañaría que el porcentaje de quienes padezcan este problema y lo supieran llegara a la mitad. Por eso decimos que lo más importante es que sepamos detectar el problema. Si no, seguiremos consumiendo productos que van a ser rechazados por nuestro organismo y que nos van a hacer daño.

La verdad es que este es uno de los temas que se encuentra más de actualidad en el campo de la salud. Y no es para menos. Una vida cambia bastante cuando se detecta una intolerancia y hay que poner todo tipo de medios para intentar paliar todos sus efectos. Seguro que muchas de las personas que estáis leyendo este artículo habéis conocido a alguien que ha pasado por esto y sabéis lo que conlleva. Y es que el porcentaje de gente que es intolerante a algún producto, como ya hemos dicho antes, no para de crecer.

La observación, clave 

Como padres y madres, debemos tener en consideración la relevancia que tiene que ver con la observación de los efectos que tiene el consumo de determinados productos alimenticios entre nuestros peques. Así es como podemos empezarnos a dar cuenta de si existen productos que le sienten mal y podemos realizar el test del que estábamos hablando más arriba. No cabe la menor duda de que así es como muchas personas han empezado a sospechar y han conseguido identificar el problema entre los más pequeños, algo que es básico para poder ponerle un remedio al asunto.

No hay una edad límite para dejar de observar. Un niño puede manifestar estos problemas cuando apenas es un bebé o incluso cuando ya se encuentra en la época del instituto. Conviene estar ojo avizor constantemente. Y es que cualquier momento de la vida puede ser aquel en el que empecemos a sentir los problemas que tienen que ver con una intolerancia alimentaria que no entiende de edades. Es algo que no se nos puede ir de la cabeza y que debemos tener siempre en cuenta para hacer tanto de nuestra vida como de la que están a nuestro alrededor algo mejor.

No hay que descartar cualquier alimento que se nos pueda ocurrir en lo que respecta a las intolerancias. Es posible que consumamos una cantidad ínfima del producto que nos causa la intolerancia y que atribuyamos el problema a otro producto que consumamos más. Ahí es también muy relevante el tema de la observación porque, si controlamos todo lo que comemos y analizamos cuando se tienen los problemas, podremos establecer relaciones entre los alimentos y las dificultades que ocasionan. Y eso es fundamental para que podamos poner la solución que estamos deseando para un aspecto que nos causa tanto estrés y tantos inconvenientes como una intolerancia alimentaria.

Un mundo que empieza a despertar 

Por fin, parece que la sociedad está adquiriendo conciencia en relación a todos los problemas que están viniendo ocasionados por las intolerancias alimentarias. Muchos bares y restaurantes ya disponen de alternativas para los productos que las causan y eso hace posible que las personas que sufren estos problemas tengan donde elegir, algo de lo que adolecían hasta hace más bien poco tiempo y que realmente les quitaba las ganas de salir de casa (y con razón, para qué nos vamos a engañar).

Es una pena que el mundo haya tenido que despertar ahora. Es inevitable pensar en las personas que habrán sufrido intolerancias alimentarias en algún momento de su vida y que no hayan tenido la posibilidad de conseguir que alguien les ofrezca soluciones. Es realmente injusto pero, por suerte, las cosas han cambiado y ahora toca que las personas intolerantes con determinados alimentos tengan todo el apoyo de la sociedad y que, ante todo, tengan opciones para poder disfrutar de alguna comida fuera de casa, algo que no siempre ha sido lo habitual y que ya era hora de que llegara a convertirse en una realidad.

Estamos seguros de que, a partir de ahora, todo lo que tenga que ver con estas intolerancias va a estar mucho más controlado y va a ser generada al respecto una gama más amplia de productos. Es de justicia que así sea y esperamos que no cambie demasiado la película porque hay mucha gente que lo necesita y no podemos dejar a nadie en la estacada en este sentido, sobre todo por el hecho de que estamos hablando de algo tan básico como lo es la alimentación.

Hay cosas que no pueden esperar y que requieren de la máxima atención por parte de la sociedad. Todo lo que tenga que ver con aquello que comemos es fundamental y hay que prestarle toda la atención que merece. Ojalá que sigamos con esta conciencia de la que hemos venido hablando porque habla bien de nosotros y nosotras y porque, gracias a ello, hemos construido una sociedad que es mejor y que es más inclusiva con la gente. Es lo mejor que nos puede pasar y que, sin duda, hace que la vida de muchas personas sea mucho mejor. Y es con eso con lo que nos tenemos que quedar.

 

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