La salud dental es un tema importante que debemos abordar desde los primeros años de vida. Desde que se forma la dentadura de leche, hasta que esta es sustituida por la dentadura definitiva. Algunos de los problemas dentales que surgen en la infancia pueden afectarnos en la edad adulta; otros, anticipan posibles dolencias futuras.
Las enfermedades dentales en los niños pueden tener un profundo impacto en su vida cotidiana. En primer lugar, afecta a la alimentación, ya que el dolor al masticar y la dificultad para consumir alimentos duros pueden llevarlos a evitar ciertos alimentos esenciales, necesarios para su crecimiento y desarrollo. La sensibilidad dental causada por estas enfermedades hace que eviten alimentos fríos o calientes, limitando su dieta y su capacidad para disfrutar de una variedad de alimentos.
En cuanto al habla, las enfermedades dentales pueden interferir en la pronunciación adecuada de palabras y sonidos, lo que puede dificultar la comunicación de los niños y socavar su confianza en sí mismos. Los problemas estéticos también entran en juego. Los dientes cariados o mal alineados pueden hacer que los niños se sientan cohibidos acerca de su apariencia. Esto puede llevar a una disminución de la autoestima y, en algunos casos, a evitar sonreír en público, lo que afecta negativamente a su bienestar emocional.
Uno de los problemas que encuentran algunos padres a la hora de llevar a sus hijos al dentista, es la resistencia que ofrecen los niños a acudir a la clínica dental. Subjetivamente, lo identifican con dolor, la sola idea de la visita puede llevarles a sufrir episodios de ansiedad. Tamara llevó a su hija de 10 años a la clínica dental H.Q. Tenerife para tratar una muela picada por caries que le estaba causando dolor. A pesar del sufrimiento, la niña llegó atacada de los nervios. El miedo a las agujas y al entorno sanitario, la dejaba paralizada. Gracias a la paciencia y a la empatía que mostró la doctora, consiguieron extraerle la muela con anestesia y le efectuaron una limpieza bucal. Y es que para practicar la odontopediatría, la rama de la odontología que trata la salud bucal de los niños, hace falta tener cierta psicología.
Estas son las enfermedades dentales más frecuentes en la infancia.
La caries infantil.
Según el Colegio de Dentistas de España, un tercio de los niños menores de 6 años padecen caries en su dentadura de leche. Entre los niños de 12 años, 3 de cada 10, sufren esta patología.
Asociamos la caries infantil a la alimentación. A comer chuches y caramelos. Lo cierto es que el asunto es más complejo. La dentadura de los niños es menos fuerte que la de los adultos y, por tanto, es más fácil que pueda ser dañada por la placa bacteriana. Al sustituirse por la dentadura definitiva, las piezas dentales no están completamente formadas. Se encuentran en un proceso de mineralización. En consecuencia, el esmalte es más sensible.
Las caries son una enfermedad lenta y gradual. Va socavando la dentina del diente y solo la percibimos cuando llega a la pulpa, en la que se encuentran las terminaciones nerviosas. Es cuando produce dolor, pero el problema lleva desarrollándose durante meses. El proceso carioso puede llegar a la raíz del diente. En los dientes de leche llegan a dañar a las piezas definitivas, las cuales emergen con principio de caries.
Otro de los problemas que encierran las caries es que se pueden contagiar de un diente a los dientes colindantes. Podemos tener varias piezas dentales con caries sin darnos cuenta.
Es importante vigilar la alimentación de los niños, pero lo más importante para prevenir la caries es educarlos en que sigan una correcta higiene dental desde pequeños. Esto implica acostumbrarlos a que se laven los dientes todos los días, dos veces al día. Y a crear una rutina que deberán seguir observando cuando sean adultos. Algo natural que forma parte de su día a día, como lavarse la cara y peinarse tras levantarse de la cama.
Mala oclusión dentaria.
La maloclusión dental en niños se refiere a problemas en la alineación de los dientes y la forma en que los dientes superiores e inferiores encajan entre sí cuando la boca está cerrada. Esto puede afectar la forma en que mastican los alimentos, su habla y, en algunos casos, su apariencia estética. Existen varios tipos de maloclusión, estos son los más habituales:
- Maloclusión de Clase I: En este caso, los dientes superiores e inferiores se superponen de manera normal, pero algunos dientes individuales pueden estar mal alineados o torcidos.
- Maloclusión de Clase II: También conocida como «sobremordida», aquí los dientes superiores están por delante de los dientes inferiores cuando la boca está cerrada.
- Maloclusión de Clase III: En contraste con la Clase II, en la Clase III los dientes superiores están notoriamente por detrás de los dientes inferiores cuando la boca está cerrada. Esto puede dar lugar a una apariencia de «mandíbula prominente» y dificultades en la masticación.
- Maloclusión abierta: En esta maloclusión, los dientes anteriores superiores e inferiores no se tocan cuando la boca está cerrada. Puede dificultar la masticación y el habla.
- Maloclusión cruzada: En la maloclusión cruzada, algunos dientes superiores muerden por dentro de los dientes inferiores, en lugar de por fuera, como es lo habitual. Esto puede causar desgaste dental y problemas de alineación.
Las causas de la maloclusión en niños pueden ser variadas, ya que a menudo son el resultado de una combinación de factores genéticos y ambientales:
- Genética: La predisposición genética juega un papel importante en la maloclusión. Si hay antecedentes familiares de problemas de mordida, es más probable que un niño desarrolle estos problemas.
- Hábitos orales: Chuparse el dedo, usar chupete durante mucho tiempo o chuparse el pulgar pueden empujar los dientes fuera de su posición adecuada.
- Pérdida prematura de dientes temporales: La pérdida temprana de dientes temporales afecta el espacio disponible para los dientes permanentes, lo que puede conducir a una maloclusión.
- Traumas y lesiones: Un traumatismo facial o dental puede alterar la alineación de los dientes y causar maloclusión.
- Malos hábitos alimentarios: El consumo excesivo de alimentos muy blandos o la falta de estimulación masticatoria adecuada en la infancia pueden contribuir al desarrollo de maloclusiones.
Es importante que los padres estén atentos a los signos de maloclusión en sus hijos y consulten a un ortodoncista o dentista pediátrico si tienen preocupaciones. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden ayudar a corregir la maloclusión y prevenir problemas a largo plazo.
La forma más adecuada para corregir estos problemas es la ortodoncia. La Doctora Nadia Sarmini Fernández comenta al periódico El Confidencial Digital que hay que hacer un análisis concreto de cada caso, si bien ella, opina que por regla general, la edad adecuada para colocar aparatos correctores es a partir de los 11 o 12 años, que es cuando se ha culminado, en lo principal, el relevo dentario.
Enfermedades en las encías.
Las enfermedades en las encías, en los niños, son un grupo de afecciones bucales que afectan a los tejidos de soporte de los dientes, incluidas las encías y el hueso. Estas afecciones pueden variar en gravedad y tener consecuencias significativas si no se tratan adecuadamente. A continuación, mencionamos las más comunes en niños, cómo se manifiestan y cuáles son sus causas:
- Gingivitis:
La gingivitis es una inflamación de las encías y suele ser la forma más temprana de enfermedad de la zona blanda de la boca. Los síntomas pueden incluir encías enrojecidas, inflamadas y que pueden sangrar al cepillarse los dientes o al usar hilo dental.
La principal causa de la gingivitis en niños es la acumulación de placa bacteriana en los dientes y encías debido a una higiene bucal inadecuada. La falta de cepillado y el uso insuficiente de hilo dental pueden contribuir a su desarrollo.
- Periodontitis en la infancia:
Es una forma más avanzada de enfermedad de las encías que involucra la degradación del tejido óseo que sostiene los dientes. Los síntomas incluyen encías inflamadas, sangrado, mal aliento persistente y, en casos más graves, pérdida de dientes.
La periodontitis en la infancia se desarrolla a partir de una gingivitis no tratada. Además de la placa bacteriana, los factores genéticos y los problemas médicos subyacentes pueden aumentar el riesgo de padecerla.
- Gingivoestomatitis herpética:
Esta afección se caracteriza por la inflamación de las encías y la aparición de úlceras dolorosas en la boca. Puede acompañarse de fiebre, malestar general y dificultad para comer y beber.
La gingivoestomatitis herpética es causada por el virus del herpes simple (HSV), que es altamente contagioso. Los niños pueden contraerlo a través del contacto con una persona infectada o por la transmisión de la madre al hijo.
Como vemos, la salud dental en los niños no es un tema baladí. A partir de los dos años y medio, es recomendable llevar al niño a la clínica dental, al menos, una vez al año. De esta forma nos adelantamos a los problemas que puedan surgir y velamos por una salud bucodental sana.