¿Cómo nos afecta una relación tóxica y cómo podemos solucionarla?

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Tal y como dicen la mayoría de canciones, el amor es lo más bonito que existe ¡es lo que mueve el mundo! Sin embargo, muchas veces las personas confundimos lo que es el amor en una relación y acabamos sufriendo las consecuencias de diferentes y crueles maneras.

Seguro que ya has oído hablar en estos años del concepto “relación tóxica” ¿verdad? Y que no te engañen, ser tóxico no siempre es sinónimo de que seamos malas personas. Las personas podemos volvernos tóxicas por múltiples factores (sobre todo por la falta de amor propio y la inseguridad) y también podemos volver a ser nosotros mismos; incluso podemos ser tóxicos en una etapa de nuestra vida ¡imagínate!

Sin embargo, hay personas que no sólo son tóxicas debido a algunas vicisitudes de su vida, sino que se vuelven una pareja realmente tóxica para su compañero o compañera de vida durante toda la relación. Como es lógico, este problema tiene solución, pero por desgracia esto depende tanto de un componente de la pareja, como del otro.

¿Cuándo se cansa uno de aguantar a una pareja tóxica? ¿Hasta cuando hay comprensión? ¿Cómo afecta a nuestra salud mental? ¿Tiene realmente solución?

Comprendiendo el concepto de relación tóxica.

Lo normal es que todos tengamos días malos. Días en los que no somos nosotros mismos, etapas en las que quizá gritamos porque nos sintamos amenazados por diversos factores, y en general, fases en las que no nos llevamos bien con nadie, ni siquiera con nuestra pareja.

Cuando ponemos las cosas en una balanza, y entendemos que la mayor parte del tiempo somos felices y nos sentimos comprendidos, cómodos y atendidos por la otra persona, la realidad es que no nos encontramos ante una amenaza real para la pareja, ya que podemos superar juntos estos problemas con el amor que nos profesamos.

Sin embargo, cuando la balanza no se equilibra, y los momentos malos están a la orden del día, sin arrepentimientos, sin comunicación y sin la posibilidad de solucionar ningún problema por parte de uno o los dos miembros de la pareja, es muy probable que nos encontremos en una relación tóxica; el tiempo que dure esta situación, es el que decidirá si la pareja es así de por sí misma, o si en cambio está atravesando una mala racha.

Sea como sea, esto no puede durar mucho tiempo así, ya que puede desencadenar una serie de problemas emocionales en nosotros que afectan a nuestra salud mental, tanto a corto como a largo plazo.

Dicho esto, las personas que se encuentran en una relación tóxica, a menudo experimentan:

  • Chantaje emocional.
  • Manipulación
  • Necesidad de complacer constantemente a la otra persona por miedo al abandono o a sufrir una represalia.
  • Sensaciones de inferioridad constantes.
  • Castigos constantes, culpas y silencios incómodos.

Y si la cosa va cada vez peor, podemos acabar hablando de maltrato psicológico y llegar incluso al físico si la situación o las peleas cada vez son más acaloradas. Es por ello que debemos ponerle punto y final a esto antes de que sea demasiado tarde y se llegue a un punto de no retorno para la pareja.

Esto puede tener repercusiones para nuestra salud mental tales como depresión, ansiedad, estrés, traumas, inseguridad, falta de confianza y mucho más.

¿Cuándo se debe solucionar una relación tóxica, y cómo?

Desde la perspectiva psicológica, la solución a una relación tóxica debe considerarse en cuanto se identifiquen patrones dañinos, como la crítica constante, manipulación emocional, aislamiento social o inseguridad persistente; estos comportamientos indican un ambiente poco saludable que puede deteriorar gravemente el bienestar emocional y mental de ambos miembros.

Sin embargo, en ciertos puntos y con ciertas consideraciones, los profesionales de psicología de Terapia Gestalt recomiendan abordar la relación tóxica mediante la comunicación y la búsqueda de ayuda profesional. Ambas partes deben sentirse seguras en terapia de pareja para expresar sus sentimientos y necesidades sin miedo a represalias, ya que a raíz de estas acciones se pueden entender las diferentes perspectivas de cada miembro de la pareja para poder trabajar en soluciones conjuntas. Asimismo, establecer límites claros es igualmente crucial para proteger la integridad emocional de cada uno y definir qué comportamientos son inaceptables.

Tampoco debemos olvidarnos del poder de la terapia individual ante ciertos casos; esta ayuda a cada persona a comprender sus contribuciones a la toxicidad y a promover el crecimiento personal.

Otras consideraciones son:

  • Desarrollar habilidades de regulación emocional.

Como el mindfulness o las técnicas de gestión del estrés, para aprender a manejar las emociones de manera más saludable, ya que es fundamental para evitar reacciones impulsivas o desproporcionadas ante situaciones conflictivas.

  • Fomentar la independencia emocional.

Ambos deben cultivar una vida satisfactoria fuera de la relación, para así reducir la dependencia emocional y permitir una evaluación más objetiva de la situación.

Como punto final, a la pregunta “¿Es posible solucionar una relación tóxica?” la respuesta es “sí”. A través de la terapia, y del esfuerzo de ambos miembros de la pareja, es posible si la relación no está muy dañada ni afectada por problemas mayores, como el maltrato psicológico o el maltrato físico, aunque es muy importante reevaluar continuamente la relación durante este proceso.

Sin embargo, si a pesar de los esfuerzos, la dinámica tóxica persiste sin mejoras, puede ser necesario considerar la separación como una opción necesaria para preservar el bienestar emocional de ambas personas.

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