En la actualidad, aprender inglés es casi un requisito imprescindible para el futuro de los niños por muchas razones: y es que, desde la educación hasta el mundo laboral, el dominio de este idioma abre puertas en innumerables ámbitos.
Sin embargo, muchos padres se preguntan si vale la pena que sus hijos aprendan un tercer idioma, y el francés se presenta como una opción especialmente interesante. Pero ¿realmente es beneficioso para los pequeños aprender francés además de inglés?
Vamos a descubrirlo a continuación.
Beneficios cognitivos de aprender dos idiomas extranjeros.
¡La capacidad del cerebro para absorber idiomas es impresionante! Incluso desde que somos pequeños. De hecho, se ha demostrado que los niños bilingües o multilingües tienen una mayor flexibilidad mental, mejor memoria y mayor capacidad para resolver problemas. Además, el aprendizaje de un tercer idioma refuerza la capacidad de concentración y ayuda a desarrollar el pensamiento crítico.
Diferentes estudios han demostrado que los niños que aprenden varios idiomas muestran un mejor rendimiento académico en comparación con aquellos que solo hablan un idioma. Esto ocurre porque su cerebro desarrolla conexiones más sólidas entre diferentes áreas del conocimiento, lo que mejora su capacidad de aprendizaje en general. También se ha observado que estos niños tienen una mayor facilidad para adaptarse a nuevos entornos, pues su cerebro está acostumbrado a procesar información de diversas fuentes. Asimismo, aprender otro idioma también mejora la agilidad mental y la capacidad de tomar decisiones más rápidas y acertadas, una habilidad útil para toda la vida.
Otro aspecto importante a destacar cuando los niños aprenden otro idioma, además del inglés, es la mejora en la creatividad y en la capacidad para resolver problemas de manera innovadora. Los niños que crecen en un entorno multilingüe tienden a pensar fuera de lo convencional, explorando diversas soluciones para un mismo problema. Además, su habilidad para cambiar de un idioma a otro fortalece la función ejecutiva del cerebro, lo que les permite planificar, organizar y gestionar mejor sus tareas diarias.
Por otro lado, el aprendizaje de dos idiomas extranjeros ayuda a desarrollar una mejor percepción auditiva y fonética. Al exponerse a sonidos distintos, los niños tienen una mayor capacidad para diferenciar y reproducir con precisión fonemas que no existen en su lengua materna. Esto ayuda a mejorar su pronunciación en los idiomas aprendidos, y también facilita el aprendizaje de otros idiomas en el futuro. Además, se ha observado que los niños multilingües presentan una mayor resistencia al deterioro cognitivo en la vejez, lo que significa que los beneficios del aprendizaje temprano de idiomas pueden extenderse a lo largo de toda la vida ¡Es increíble!
Y si aún necesitas oír más beneficios de aprender otro idioma, debes saber que se ha comprobado que los niños que dominan más de un idioma tienden a ser más empáticos y comprensivos con otras culturas. Esto se debe a que aprenden a ver el mundo desde múltiples perspectivas, lo que refuerza su capacidad para adaptarse a distintos contextos sociales y culturales. Esta habilidad los ayuda en su desarrollo personal, al mismo tiempo que les brinda ventajas en un mundo cada vez más globalizado y diverso.
Como has podido comprobar, es muy beneficioso para todos aprender más de un idioma, tengamos la edad que tengamos: así que vamos a centrarnos en el francés, ese segundo idioma que puede abrir un gran abanico de posibilidades para la vida de tus hijos.
¿Cómo hacer que el aprendizaje del francés sea divertido?
Muchos padres piensan que los niños pueden estar demasiado ocupados aprendiendo más de un idioma ¡Pero los beneficios son muy grandes! Es importante saber que existen maneras divertidas de aprender francés que pueden inspirar a los niños y que les ayudará a dominar el idioma jugando:
- Juegos y aplicaciones interactivas: hay muchas aplicaciones diseñadas específicamente para el aprendizaje del francés de forma lúdica. Aplicaciones como Duolingo se encargan de que los niños se diviertan mientras aprenden vocabulario y estructuras gramaticales.
- Series y películas en francés: ver dibujos animados y programas infantiles en francés ayuda a mejorar la comprensión y la pronunciación de manera natural. Las películas de animación francesa como Kirikú y la bruja o Ernest & Célestine son opciones encantadoras para los más pequeños.
- Lectura de cuentos y cómics: los libros sencillos en francés pueden hacer que el aprendizaje sea más sencillo y divertido. Editoriales especializadas en literatura infantil ofrecen historias que combinan ilustraciones y lenguaje sencillo para facilitar la comprensión.
- Intercambios lingüísticos: conectar con niños francófonos a través de videollamadas o cartas es una excelente manera de practicar y ganar confianza en la comunicación oral.
- Campamentos de verano en Francia: sin duda, una de las mejores formas de aprender francés es mediante la inmersión total en el idioma, y los campamentos de verano en Francia son una opción ideal para ello. Desde Vilimi Idiomas nos comentan que estos campamentos ofrecen un entorno donde los niños pueden practicar francés a diario, rodeados de hablantes nativos, lo que acelera su aprendizaje de manera natural. Además, combinan actividades recreativas, deportivas y culturales que hacen que el aprendizaje sea divertido y motivador.
El francés, una lengua global con grandes oportunidades.
El francés no es solo el idioma de Francia. Se habla en numerosos países, desde Canadá hasta Suiza, pasando por varias naciones africanas. Es la segunda lengua más aprendida del mundo y uno de los idiomas oficiales en organizaciones internacionales como la ONU, la Unión Europea y la UNESCO. Es por esto que, dominar el francés, junto con el inglés, brinda una ventaja competitiva en el mercado laboral global y facilita el acceso a oportunidades académicas y profesionales a nuestros hijos.
Además, muchas universidades y programas de intercambio internacional exigen o valoran positivamente el conocimiento del francés. Sin ir más lejos, en el ámbito empresarial, son muchas las compañías multinacionales que tienen filiales en países francófonos, lo que aumenta las posibilidades de empleo en sectores como el turismo, la diplomacia, la moda y la gastronomía.
Asimismo, a nivel cultural, el francés es el idioma de grandes obras literarias, filosóficas y cinematográficas que han marcado la historia, por lo que aprenderlo permite acceder a un inmenso legado cultural de gran valor.
Mejor pronunciación y facilidad de aprendizaje.
El francés y el inglés comparten muchas similitudes en vocabulario y estructura, ya que ambos han influido mutuamente a lo largo de la historia. Esto significa que los niños que ya están aprendiendo inglés pueden encontrar el francés como un idioma más fácil de asimilar. Además, empezar desde pequeños ayudas a que la pronunciación sea más natural y fluida.
Otra de las ventajas del aprendizaje temprano es que los niños tienen una mayor capacidad de imitación fonética, lo que les ayuda a desarrollar un acento más auténtico y una entonación más precisa. Además, aprender francés también puede ayudar a mejorar el dominio del inglés, ya que les ayuda a entender mejor las raíces comunes de muchas palabras. Por otro lado, la gramática francesa, aunque tiene sus complejidades, sigue estructuras lógicas que los niños pueden asimilar con más facilidad cuando se les presenta de forma natural y progresiva.
Enriquecimiento cultural y social.
Aprender francés también supone adentrarse en una cultura rica en arte, literatura, gastronomía e historia: desde las obras de Victor Hugo y Molière, hasta las películas de cine francés, el conocimiento de este idioma abre las puertas a un mundo de expresiones culturales fascinantes. Además, enseña a los niños comunicarse con personas de diferentes países y desarrollar una mentalidad abierta e intercultural.
El francés, sin ir más lejos, es considerado el idioma del arte y la moda, con París como epicentro de tendencias globales. De este modo, si aprenden francés, los niños pueden disfrutar de un acceso privilegiado a la literatura clásica, la música y el teatro en su idioma original. También pueden comprender mejor la historia y las costumbres de los países francófonos, enriqueciendo su visión del mundo y su capacidad de empatizar con otras culturas.
¿Cuándo empezar?
Los expertos recomiendan que cuanto antes, mejor. Como ya hemos mencionado anteriormente, los niños tienen una gran capacidad para absorber sonidos y estructuras lingüísticas, por lo que la exposición temprana al francés les ayudará a familiarizarse con el idioma de forma natural. Sin embargo, nunca es tarde para empezar, y los adolescentes y adultos también pueden beneficiarse enormemente de aprenderlo.
Desde los dos o tres años, los niños ya pueden aprender palabras básicas y canciones en francés, lo que les ayuda a desarrollar una relación positiva con el idioma, y a medida que crecen, pueden avanzar hacia estructuras más complejas y una mayor comprensión oral y escrita. Así que, aunque la infancia es el momento ideal para empezar, los adolescentes y adultos también pueden lograr un alto nivel de competencia con práctica y motivación.
Entonces, ¿es bueno que tus hijos aprendan francés además de inglés? ¡Rotundamente sí! En este artículo te hemos dado más de una razón para justificarlo, y esperamos que entiendas que tus hijos pueden formarse mientras se divierten de mil formas distintas. Recuerda: con los métodos de aprendizaje adecuados y un ambiente motivador, dominar el francés puede convertirse en una aventura emocionante que los acompañará toda la vida.