Salud bucodental en los más pequeños

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Gozar de una buena salud oral en la edad adulta, es más fácil cuando sus cuidados, se inician desde pequeños. El cuidado de los dientes y encías, desde la infancia, no se contempla demasiado en la medida adecuada. Es decir, aun siendo un aspecto crucial para el bienestar de los niños y niñas, se subestima de manera que, a medida que crecen, surgen diferentes problemas asociados. El cuidado de los dientes, va más allá de mostrar una sonrisa brillante y unos dientes saludables, enseñar a los pequeños que una buena higiene oral es esencial, establece las bases para tener una óptima salud bucal durante toda la vida.

Son numerosos los estudios científicos que respaldan la relación existente entre, una salud oral adecuada a lo largo de la infancia y, una mejor calidad de vida en la edad adulta. Dichas evidencias, demuestran que aquellos niños y niñas que tienen una buena salud oral, tienen una probabilidad menor de desarrollar problemas bucodentales como la caries o, enfermedad de las encías, así como otro tipo de problemas bucodentales, durante su crecimiento.

Una falta de higiene dental o que está, sea inadecuada, puede conllevar una serie de complicaciones como el dolor de los dientes, infecciones, dificultades a la hora de comer o hablar e, incluso, es posible que afecten al desarrollo del lenguaje y la autoestima. De ahí que los expertos en odontología y salud bucal, propongan y recomienden a los padres y madres que sigan una serie de consejos prácticos. Con la finalidad de que los más pequeños aprendan todo lo necesario para tener una buna higiene oral y, por tanto, una buena salud bucodental, desde una edad temprana.

Como sabemos, la salud bucodental en la infancia, puede verse comprometida del mismo modo que en la edad adulta, incluso más, por diversas razones.

Salud bucodental en la infancia y sus etapas

La infancia es la primera etapa del desarrollo que comprende desde el nacimiento hasta la adolescencia, sobre los once años. Son muchas las clasificaciones que existen para establecer las diferentes etapas de la infancia, pero desde el punto de vista de la salud bucodental, como nos explican desde Sonrisa Monalisa Clínica Dental se clasifican en los siguientes:

  • Del nacimiento hasta los doce meses.
  • De doce meses a tres años.
  • De cuatro a seis años.
  • De siete a diez años.

Dentro de cada etapa de la infancia, se aconseja seguir una serie de cuidados. A estas edades, aunque pueda parecer lo contrario, la salud oral es de gran importancia. Lograr que los niños y niñas tengan buena salud bucal, aumenta las posibilidades de que, en la edad adulta, sigan teniendo una buena dentadura. Por lo que resulta tan conveniente como importante, tener conocimientos de los cuidados básicos de cada etapa: bebé, hasta los tres años, preescolar y etapa escolar.

Los primeros dientes que erupcionan en la cavidad oral, son los incisivos centrales inferiores. Estos dientes suelen salir a los seis meses, dando paso a los incisivos centrales superiores y, posteriormente, a los laterales superiores, sobre los diez meses. En torno al primer año de vida, los bebés cuentan con ocho dientes, cuatro arriba y cuatro abajo.

A razón de esto, los consejos que se proporcionan para la higiene bucal de los bebés, desde el nacimiento hasta el primer año son:

  • Limpiar con suavidad la encía antes de que erupcione el primer diente.
  • Sujetar al bebé y pasar una gasa húmeda enrollada en el dedo índice, sobre la encía y dientes.
  • Tras la erupción del primer diente, utilizar un cepillo pediátrico.
  • Utilizar pasta dental fluorada con 1000 ppm (comprobar concentración en el tubo).
  • Cuidado con la cantidad: poner muy poca, el equivalente a un grano de arroz.
  • Cepillar dos veces al día: mañana y noche.
  • No dejar el biberón al bebé toda la noche.

A partir del año y hasta los tres:

  • Continuar con el cepillado dos veces al día: mañana y noche.
  • Seguir utilizando pasta dental fluorada con 1000 ppm.
  • Poner muy poca cantidad de pasta, igualmente, el equivalente a un grano de arroz.
  • Empezar a enseñar a beber de un vaso.
  • Intentar retirar el biberón antes de los dieciséis meses.
  • No impregnar el chupete en productos azucarados.
  • Retirar el chupete a los dos años y, como muy tarde, a los tres. Puede provocar deformaciones en la oclusión.

Los consejos a seguir en la etapa preescolar, entre los cuatro y seis años, son los siguientes:

  • Seguir con el cepillado dos veces al día.
  • Continuar con la pasta dental fluorada.
  • Aumentar la cantidad al tamaño equivalente a un guisante.
  • Mantener unos buenos hábitos alimentarios, evitando el consumo de azúcares entre comidas y nunca antes de acostarse.
  • Llevarle al dentista con la frecuencia recomendada por el profesional.

En la última etapa de la infancia, los consejos siguen en la misma línea:

  • Cepillado dos veces al día.
  • Utilizar pasta dental fluorada con mayor concentración, de 1200 a 1400 ppm.
  • Aumentar la cantidad hasta el tamaño equivalente a un garbanzo.
  • Mantener buenos hábitos alimentarios, evitando azúcares entre comidas y antes de acostarse. Consultar al dentista sobre los selladores y el barniz de flúor.
  • En caso de práctica deportiva de riesgo, consultar sobre los protectores bucales.
  • Acudir al dentista con la frecuencia recomendada por el profesional.

Como se puede comprobar, se trata de pautas muy sencillas de seguir, semejantes a las que se siguen en la edad adulta. A continuación veremos las principales patologías que afectan a la salud bucodental en la infancia.

Problemas bucodentales más habituales en la infancia

A estas edades, las principales afecciones bucales que pueden padecer los más pequeños son la caries, la gingivitis, las fracturas dentales y las maloclusiones.

El caso de las caries, es en esta etapa de la vida, un periodo de gran susceptibilidad para que se produzcan. Unos hábitos alimentarios inadecuados, falda de medidas higiénicas, no acudir de forma habitual al dentista y la propia inmadurez que presenta el esmalte dental, en los dientes recién erupcionados, con algunas de las razones. Lo que hace que la caries sea una de las enfermedades más frecuentes en la infancia, afectando a uno de cada tres niños con menos de seis años.

El tratamiento a estas edades, incluye restauraciones e, incluso en algunas ocasiones, coronas metálicas. En los casos extremos, donde la destrucción de la pieza es mayor, puede ser necesaria la extracción y rehabilitación con prótesis. Así mismo, es posible tener que recurrir a la endodoncia.

Cuando se produce inflamación de las encías, es decir, gingivitis, nos encontramos con una inflamación a consecuencia de la acumulación de placa bacteriana, lo que suele ser el resultado de una higiene bucodental deficiente. En caso de que a pesar de una buena higiene dental, aparezca gingivitis, debe acudirse al pediatra, ya que algunas enfermedades del organismo pueden presentar gingivitis.

Las fracturas dentales en la infancia, son algo relativamente frecuente. Puede afectar tanto a los dientes de leche como a la dentición permanente, en función de la edad. La mayoría de estos problemas son consecuencia directa de una caída, golpe o práctica deportiva. En el caso de que se produzca un traumatismo dental, lo fundamental es acudir de forma inmediata al dentista. Pueden ser de varios tipos: heridas o contusiones en las partes blandas, luxaciones con desplazamiento del diente, fracturas o expulsión total del diente. Cada tipo de lesión, implica un tratamiento concreto.

Por último, las maloclusiones. Aunque la mayoría de ellas, se tratan a partir de los diez o doce años, muchas de ellas, se originan a edad temprana. Un estudio llevado a cabo hace unos años, pone de manifiesto que uno de cada cuatro menores, presenta una maloclusión moderada o severa. Dentro de las causas que implican poner un tratamiento de ortodoncia, la más común es la falta de espacio en la cavidad oral. Esta falta de espacio se produce por la pérdida prematura de algunas piezas, tanto temporales como definitivas. La segunda causa de maloclusión se debe al desajuste de la oclusión, ya sea porque el maxilar superior se encuentra salido hacia afuera (protruido) o al revés, con la mandíbula adelantada. Algunos hábitos como la succión del pulgar o el uso del chupete, pueden ser causa de deformaciones dentales, pudiendo provocar alteraciones en la oclusión.

La ortodoncia es la solución a la mayoría de problemas de maloclusión, además de proporcionar beneficios adicionales como una mejora de la respiración nasal, de la masticación, protección de los dientes y, en consecuencia, una mejora del bienestar general.

En resumen, la prevención es la mejor solución. Prevenir las patologías bucodentales, es de gran importancia. A edad temprana, esa importancia es mayor, puesto que se evitan males mayores a largo plazo. Como pueden ser determinadas enfermedades sistémicas o agravar las existentes como sucede con la diabetes. Además de aumentar la calidad de vida de los pequeños y, por supuesto, ahorrar en tratamientos que no van a ser necesario, debido a que se han seguido los consejos recomendados. Por lo tanto, inculcar unos buenos hábitos de higiene bucal en la infancia y mantenerlos, durante la vida adulta es primordial, para evitar problemas a largo plazo.

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